AJO Allium sativum
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El Ajo brinda protección contra algunos tipos de coágulos que ponen en riesgo la vida, tales como los relacionados a infartos cardiacos, cerebrales (embolias, tromboembolias). Además de prevenir su formación, tiene sustancias que ayudan a disolver los coágulos que ya se han formado. Ayuda a disminuir la presión sanguínea pues dilata los vasos sanguíneos periféricos. Además, es útil para mejorar la circulación en las extremidades y disminuir la sensación de “calambres al caminar” originados por la mala circulación.
Tiene un importante efecto positivo en la disminución de colesterol y triglicéridos elevados en la sangre. Muchos de sus componentes son eliminados a través del sistema respiratorio, lo que ayuda a dilatar las vías aéreas y facilitar la respiración al actuar como expectorante, de tal forma que favorece la recuperación en las personas con padecimientos respiratorios.
Se sabe que algunos componentes del ajo tienen efecto antibiótico, por lo cual es bastante útil en infecciones de las vías respiratorias altas y bajas. De igual forma, suele utilizarse para eliminar infecciones intestinales, así como algunos parásitos. Ha sido utilizado como antibiótico en infecciones de las vías respiratorias, pero también es utilizado en infecciones intestinales. Cabe señalar que como antibiótico, el Ajo puede ser utilizado simultáneamente con antibióticos convencionales.
Puede ser utilizado de forma externa como fungicida, y se suele aplicar a tiñas tales como el pie de atleta. Además suele usarse sobre verrugas.
Ingerido regularmente, el Ajo estimula el sistema inmunológico, lo que nos hace más resistentes a los microorganismos causantes de enfermedades.